Encuentros en la palabra
  Sara Díaz Bonilla, 1º Bachillerato
 

En época de exámenes y madrugones, cuando le rogamos encarecidamente a Morfeo que nos deje dormir aunque sea cinco minutillos más no nos viene mal este mito, para aprender, desconectar del mundo y soñar despiertos un rato.

La noche - El sueño

La Noche, hija del Caos, era la madre del Destino, del Sueño y de la Muerte. Se representaba coronada de adormideras, envuelta en un velo cuajado de estrellas y en actitud de recorrer los cielos, montada en un carro. A menudo, se le sacrificaba inocentes gallos, pues se creía que el canto vibrante de este animal turba la calma de la noche.

El Sueño, según dicen los poetas, habita un palacio impenetrable a los rayos del Sol. Jamás ni el gallo, ni los perros, ni los gansos alteraron su tranquilidad.

El río Olvido desliza por allí sus cristalinas aguas, cuyo débil murmullo induce al sueño.

En medio de este palacio se halla un lecho de ébano rodeado de negros cortinajes, y en él, sobre un jergón de blancas plumas, reposa el dios sumido en toda clase de sueños. A la puerta de la habitación vigila Morfeo, ministro del Sueño, para impedir que se produzca el más mínimo ruido que pueda despertar a la divinidad.

Los Sueños, hijos del Sueño, son tan numerosos como las hojas de los bosques y las arenas del mar.

Autumn Leaves, Chet Baker y Paul Desmond.

http://www.youtube.com/watch?v=Gsz3mrnIBd0&feature=fvw

 
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